Love Will Tear Us Apart


Lo he tenido todo en un instante único, quizás fueron los diez o quince segundos más felices y eternos de toda mi existencia.

Alguna vez sentiste que eras feliz completamente por unos segundos? La sensación es parecida a la de miles de hormigas en tu estómago, regocijándose entre miel. Mundana y deliciosa miel. No necesitas algún alucinógeno para saber lo que es sentirte en éxtasis, el estado más crucial del alma. Convertirte en uno con la inmensidad de lo breve.

Somos como Paolo y Francesca en La Carne (1991). Dos amantes que sólo conocieron lo efímero de la gloria y el deseo. Tan placentero y momentáneo como una aguja llena de heroína hirviendo, combinándose con nuestra sangre. Atravesando la vena más verde de tu brazo. Tú juegas con aquella dosis en mi cuello, amenazándome con ponerla en la yugular. Sonrío y siento morir por ti.

Paolo, un hombre entrado en años. Un tipo inteligente. Su pasión es la música. Sin embargo, es un mediocre pianista que toca en bares de dudosa reputación. Divorciado, padre de dos hijos que sólo puede visitar de vez en cuando. No es agraciado, mas hace el esfuerzo por ser alguien divertido. Aunque la mayoría de veces con poco éxito.

Francesca, una mujer joven. Verborreica como pocas. Alma tan libre como nómade. Parece ser una ciudadana del presente. Vive sin complicaciones, ya que siempre huye de ellas. Alguna vez pudo tener un hijo pero decidió abortarlo. Es bella y blanca como un pequeño copo de nieve. Igual de delicada y sensible.

Nuestros dos personajes se encuentran en el impresentable bar. Francesca, maletas en mano, decidió abandonar a un gurú sexual. Paolo simplemente ya se había abandonado a la soledad y el alcohol. Una bella coincidencia, aquellas que son tan naturales que parecen quimeras.

Logran sentir una atracción animal. Ninguno de los dos parece querer comprometerse. Simplemente viven el instante, tal cual es. Llegan a una casa de playa y se aman.

A la mañana siguiente Paolo va hacia el mar, vestido en túnicas como si de un monje se tratase. Todavía no puede creer lo que acaba de pasar. Parece vivir un sueño. Es en ese momento de jolgorio absoluto en el que decide morir. Se corta las venas y sonríe, se siente vivo. Francesca lo observa desde la entrada de la casa. Se le nota horrorizada y corre hacia él. Le pregunta el por qué ha hecho eso, a lo que Paolo responde:

-No ves lo que ha pasado? Ayer fue el punto más feliz de mi vida. Jamás podré volver a ser tan dichoso. Tú eres mi final.

Ella sólo atina a llorar y lamer la sangre que corre ya por sus brazos.

Es así como siento lo de nosotros. Eres mi Francesca, lo sabes?
Supongo que no y cuando te enteres quizás
ya haya partido a algún lugar.
Trataré de olvidarte.
Te elevaré
al cero.
Y
vacío
seré.