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Chillin'


No puedes frenar los tiempos que vienen en tu vida. El eterno juego entre calma y tempestad parecen repetirse, una y otra vez. A la pasajera sonrisa le sigue el inconsolable llanto. Y así, nuestras existencias, se convierten en una trágica comedia. ¿Es verdad aquello de los dados eternos de Dios? ¿Somos víctimas del azar o las consecuencias del ánimo divino? No podemos estar seguros de ello y parece que poco importa.

Nuestras existencias han trascendido lo metafísico. Podemos decir que vamos en una maldita montañan rusa. Y, al igual que si fuera tan sólo un juego, siempre llegamos al final. Sólo que no tenemos la opción de subir de nuevo. Al menos en el imaginario de los escépticos de la resurreción.

Es por eso, querid@ lect@r, que te propongo ir cautelosamente. Disfruta de los momentos ricos y divertidos de la vida. Vive el último segundo de tu "momento feliz" como si fuese el primero. No huyas de las penas, húndete en ellas por algún tiempo. Llora y sé miserable. Es así que los momentos divertidos y buenos se tornan oníricos, utópicos.

Y por último, combina todo con alcohol, el mejor amigo de las dichas y miserias humanas.

Calma en la ebriedad


Hoy estoy algo ebrio, veo las acciones más lentas y centradas. Soy de los que, mientras más ebrios están, más lucidos se ponen. Es como que si descubriera un nuevo mundo, uno más tranquilo y sin mucha presión. Empiezo a divagar sobre preguntas sin sentido, trato de filosofar respecto a todo. Hoy me siento parte del resto, un ser común y silvestre.

Tengo ganas de escucharte, oirte decir lo cansada que estás de todo. Que no dormiste bien toda la semana. Que el tipo al que dices "querer" en verdad te hace sentir mal. Quiero escuchar que me extrañas o que no lo digas, pues te da pudor. Quiero ser parte de tu mundo y que tú seas lo único que importe en el mío.

Hoy, luego de seis cerverzas entre dos de mis amigos, te he recordado. Quizás canté para ti una canción de los Auténticos Decandentes. Pude haberte llamado, pero el miedo de decirte todo lo que pienso ahora pudo más.

Créeme que hago todo lo posible por ser un simple amigo tuyo, pero mi pobre corazón es el némesis de mi razón.

Es todo