Estuve en el infierno (Y me acordé de ti)


Parece que hoy todo el mundo tiene un precio. No hay mujeres imposibles, sino cifras incalculables. Las autoridades se venden por un porcentaje de la inversión o por un billete de diez soles. Vivimos en Babilonia, la gran ramera. Sólo que aquí no hay religión ni moral que nos salve. Dios se puso una vez un precio y el catolicismo lo compró. Ahora se cometen los crímenes más atroces en su nombre.

Qué podemos hacer al respecto? Hay algo por lo que valga la pena luchar? Parece que ahora todos quieren encontrarse "el faenón" de su vida. Quieren "aceitar" cualquier negocio que les resulte rentable. Yo no niego ser miembro de este sistema corrupto. Soy parte de la inmundicia y me regodeo en ella. Compro objetos robados, soborno policías y tengo amistades por interés. Es la verdad de todo el asunto. Pocos son los que podrían autoproclamarse honrados.

Ya nos llegará la hora de rendir cuentas. Capitalistas y pequeños burgueses, como el que escribe, no veremos la luz al final del túnel. Todos seremos juzgados y aniquilados. Las empresas de nuestras familias no podrán seguir adelante y terminaremos mal.

Y todo esto no es porque el sistema no funcione. Están equivocados. Es justamente todo lo contrario. Funciona tan jodidamente perfecto que va sin frenos, arrasando con todo lo que encuentra a su paso. Por ello ningún Estado-Nación puede hacer algo para paliar la crisis económica actual.

Más información en el libro Utopística de Immanuel Wallerstein