Mi Insana Perspectiva

No debería escribir esta historia, quizás no me anime a escribirla y termine este post en otra cosa. Debería empezar describiéndola, tan blanca, linda y risueña que pareciera vivir en una nube de valium cada día. Ella, no es la típica chica que podrías conocer en una disco o la "amiga de un amigo" que conociste en una reunión. Para poder conocerla, simplemente se tiene que dar la circunstancia, una coincidencia de esas que no sabes cómo ocurrió y que terminan siendo cruciales.

Hace un mes que esta joven y solitaria chica ha entrado a mi vida, destruyendo todo a su paso, para construir castillos de arena. Si este es un trágico sueño no me quiero desperta de él. Si esta es la "realidad" entonces, estoy muy cercano a la muerte. A tipos como yo no les ocurren ser dueños de tanta dicha y congoja a la vez.

Aún no sé cómo te conocí, tampoco quiero analizarlo. Sería tonto poder describir todo esto en un "juego semiótico" o en una reacción química. Ni siquiera Rosita Chu podría salir a decir que se trata del encuentro de Marte y Venus. Nada de eso. Tú me has enseñado que hay algo más allá de la ciencia y las matemáticas en el mundo.

Hay algo llamado destino, algo metafísico que juega con nosotros y nos hace tan vulnerables. No pretendo probar la existencia de Dios, mucho menos hacerle apología. Tan sólo noto que hay algo en las coincidencias que trasciende.

Y tú, niña blanca y risueña, has sido la mejor de todas.