Revolución En Minifalda


Hay una situación que parece darse cada vez con más frecuencia, hablo de la búsqueda del placer. Ya hemos hablado de la precaria situación y consolidación a una satisfacción personal. La cual, al resultarnos tan esquiva, nos genera un gran sentimiento de culpa. Tratamos de llenar aquel vacío con un sinfín de lujos innecesarios.

Pero hay un hecho del que poco se ha hablado. Una situación que se abre camino en los jóvenes de las sociedades posmodernas, el bisexualismo. Esta práctica que aún sigue siendo tabú en muchos países, parece haber encontrado un lugar en el Perú, tierra donde todo puede pasar. Y me temo que con una mayor escala en el género femenino. No voy a hablar sobre el bisexualismo en sí. Sino de cómo este hecho podría significar un ghetto masculino, donde las mujeres asumirían un papel hitleriano.

Es lamentable aceptar que hay toda una crisis del sexo masculino. Lo vemos casi a diario en los periódicos o canales de televisión, las mujeres van ganando una mayor importancia en diferentes cargos (Latinoamérica ya cuenta con dos presidentas -Cristina Fernández En Argentina y Michelle Bachelet en Chile-). Hay mujeres al mando de diferentes ministerios y muchas empresas importantes les han confiado puestos de gran responsabilidad. Es decir, los hombres empezamos a ser simples "asistontos", los que preparan el café para las reuniones. Hay muchas historias así.

Quizás todo esto haya provocado en el sexo femenino una gran revolución a la hora de escoger una pareja. Por qué conformarse con un tipejo si yo gano mucho más que él? Es lo que se preguntan a diario. Otro factor es el triste desempeño sexual masculino. Ya que, casi la mayoría de hombres, buscan su propio placer sin contar el de su pareja. Egoísmo sexual que es objeto de burla masificada en series como "Sex and the city". Y es aquí donde se revela la pregunta misterio:

Dónde están los hombres apuestos?

En las revistas y comerciales, por supuesto. Los hombres, para nuestro mal, no hemos desarrollado la habilidad del "embellecimiento". De arreglarnos una y otra vez antes de salir. No gastábamos más de 500 soles en ropa al año. Para nosotros nunca existieron los tratamientos faciles, ni íbamos al cirujano para una "lipo". Todo eso para que ustedes, mujeres del mundo, puedan siempre verse bien con el dinero que ganábamos. Sí, el mundo de las empresas quizás siga en una percepción intachablemente fálica. Pero la belleza siempre tuvo rostro de mujer.

Hoy la situación cambió, estamos ante la segunda revolución sexual. Los hombres hemos sido atacados desprevenidos. No nos alistamos para una guerra que jamás vimos venir. Es por eso el rápido aniquilamiento de nuestros mofletudos cuerpos. La victoria femenina fue silenciosa y cruenta. Hoy, los pocos que pudimos salvarnos, vivimos en un guetto masculino. Esperando ser seleccionados para la copulación.

Mientras ustedes, mujeres posmodernas, se divierten de lo lindo en todos los sentidos. Experimentando situaciones y placeres que jamás habrían pensado conocer. Fantasías con las que sólo soñaban, sintiéndose culpables al respecto. Hoy el bisexualismo femenino está en boga por el conformismo del hombre. Ha dado comienzo la era donde las mujeres tendrán el poder y la decisión de elegir con quién quedarse. Y es allí que, en nuestro orgullo machista, seremos golpeados. Puesto que, cual experimento en búsqueda de la raza aria, sólo serán escogidos los más aptos para sobrevivir.

Fin de la historia