Misiva



No sé si alguna vez leas esto. Quizás te lo hagan llegar tus amigos. Los que me creen obsesionado contigo. Sé que soy la broma preferida en sus reuniones y eso no me molesta. Nunca me importó.

Lo único que me jode es alejarme de ti.

De las conversaciones tan nuestras. Tu color lila. Bromas interrumpidas por besos eternos. Todo acompañado del soundtrack más bizarro que pudiese existir. Y esas películas que nunca terminamos de ver.

Tus labios color lila.

Nunca me gustaron las despedidas. Soy demasiado cobarde para aceptar el final. Nosotros nos alejamos mil veces. ¿Recuerdas?

Sé que hay cosas por las que merezco la hoguera. Me dejé influenciar por una persona que sólo buscaba salvar su orgullo. Nunca sé cómo reaccionar cuando hago llorar a una mujer. Dije sí. Volví. Pero no pude dejar de pensar en ti. Aún estoy flechado contigo. Maldito cupido.

Tu corazón color lila.

Siento haberte lastimado. Que las cosas hayan terminado así. Asumo la culpa de todo. Te arrastré hacia la hoguera. Mas al final, me sacrifiqué por ti.

Ya no me quieres. Me lo has dicho en diferentes ocasiones. Yo mantengo la fe en nosotros. Así me califiques de extremista, pienso que se quiere o se odia pero nunca se deja de sentir. No tengo otra forma de ver el mundo.

Tus ojos color lila.

Los amigos que tenemos en común parecen distanciarse y no por nosotros. Todo se resume a conflictos por amor o dinero. Me pregunto si volveré a verte. 

Sé que no es el final. El viaje a Europa para ir de festival en festival queda pendiente. Al igual que muchos sueños dejados en el tintero.

Eres la mejor chica que conocí.
Sabes que estaré esperándote. Siempre.

JIGG