Llámalo desamor si quieres, dijo el muchacho de gruesos lentes, mientras sollozaba

Un beso, sutil e inocente
reposa en labios carmesí,
escribió, enamorado,
suspirando por su amada

La indiferencia lo lastima,
al igual que su mirada,
su amor no era mío,
lamentose de madrugada

Puse fin a la historia,
con el puñal penetrando
la esperanza derrotada,
feneció solemne, en calma