Ayer me acerqué a la muerte, todo fue en cámara lenta y de precisión divina. Fue ver todo lo que pasaba, ser un testigo crucial de los hechos en una forma extrañamente salvaje y atrevida. Un taxista loco casi choca mi preciado carro, el cual tiene muchas historias como kilometraje. Me dí cuenta de lo rápido que todo puede cambiar, lo que conservaste por tanto tiempo puede verse transformado en cuestión de segundos.
Es algo terrorífico que tan sólo haya atinado a reír, quizás por los nervios de la situación. Pero lo que me parece mucho más trágico es el hecho de sentirme bien si hubiese muerto. Es decir, ya no espero que algo sórdido o supernatural me suceda, a mis recientes 23 años lo he visto y probado todo. Me siento algo aburrido de llevar la vida que llevo.
He dejado de lado amigos y amigas que sólo caminaban a mi lado por intereses. Lo triste es que me voy quedando con menos "amistades" de las que yo pensaba. Si a esto le sumamos el hecho de que tengo todo lo que siempre quise tener, tenemos una vida miserable que sólo tiene bosquejos de felicidad entre mujeres, alcohol y música.
Estaré aquí hasta cumplir la voluntad de Dios
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