Family Values


Las familias alguna vez fueron diferentes. Hombre y mujer llegaban al matrimonio sin terceras obligaciones. La esposa, al convertirse en mamá, no guardaba reparos en cuidar a sus hijos. El padre trabajador llegaba a casa con una sonrisa. La vida era cómoda y miraban la televisión unidos. Un aire de tranquilidad envolvía el hogar familiar.

Eso sucedió no hace mucho. Fue hace menos de un centenar que se inicia un cambio económico. El "falso progreso" vendió grandes esperanzas a todos. El inicio del consumismo había empezado y todo parecía seguir su curso natural. Sin embargo, aquella institución social, con sutil toque de La Familia Ingalls, parece haber llegado a su fin.

Hoy día vemos cómo miles de jóvenes y adultos marchan hacia nuevos rumbos. La falta de oportunidades laborales es la principal razón por la que deciden marcharse. Los padres, que deciden quedarse en el Perú, no escapan a este problema. Es más, parecen vivir en una inestabilidad laboral frecuente. Hecho que conlleva a buscar más de un trabajo.

Las dos situaciones expuestas generan un distanciamiento entre los progenitores y sus descendientes. La falta de comunicación y el rol de autoridad se pierden, dejando a los hijos a su libre albedrío. Se forma así un círculo vicioso que agrava más la situación de la familia nuclear. Posteriormente, esta crisis se ve reflejada en la sociedad.

No pretendo ser moralista o religioso. Sólo pienso que una pérdida de valores podría traer malas consecuencias. Es hora de buscar un nuevo sistema de control y recuperar aquella disciplina tan venida a menos.