Quizás viste Drácula en innumerables ocasiones. Aquel conde que vivía en un oscuro castillo, ser de grandes colmillos y cara de pocos amigos. Ha sido interpretado por infinidad de actores, hasta resultó mil veces parodiado. Mas pocos conocen al hombre que hizo de Drácula un ícono del cine, hablo de Béla Lugosi.
Lugosi fue un actor húngaro que llegó a EE.UU. a principios del siglo XX. Se caracterizaba por tener un acento peculiar, mezcla de húngaro con italiano y una pizca de alemán. Por lo cual caracterizaba, en líneas generales, a sujetos extranjeros (por ejemplo a un acaudalado árabe).
Pero su papel más recordado por el gran público fue en Dracula (1931). Su gran interpretación del más siniestro vampiro fue aclamada (Lugosi ya lo había interpretado en reconocidas obras teatrales). Con lo cual el actor alcanzó la fama inmediatamente.
La genialidad del personaje marcó su vida. Muchos asociaban su nombre con el de Drácula, convirtiendo al actor en su personaje. Hecho que estancó su carrera y del cual no pudo salir. A pesar de ello, Lugosi era un tipo con mucha personalidad. Trabajaba en cada proyecto para el que se le requería, poniéndole el mismo empeño a cada una de sus caracterizaciones (Podía convertir a un personaje secundario en el protagonista de la historia).
El ocaso de su carrera actoral (las películas de personajes terroríficos ya habían pasado a la historia) parecía estar cerca. Lugosi, además, se volvío un adicto a la morfina. La usaba para calmar los dolores que padecía.
Su última aparición fílmica fue en Plan 9 from outer space (1959). Película que se estrenó 3 años luego de la muerte del actor. Ed Wood, director de la película, no conseguía financiarla pues ninguna productora quería el proyecto.
Sin embargo, la película se convirtió en objeto de culto. Muchos fanáticos de Lugosi abarrotaron los cines para apreciar el último papel del actor.
Dato curioso: Pidió ser incinerado con el traje de Drácula, tal como consta en su testamento.
Béla Lugosi Is Dead
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