Anoche tuve un sueño relativamente corto, mas estuvo interesante. Dicen que las películas son oníricas. Quizás el de ayer será producto de una nueva película surrealista, al mejor estilo de Godard.
Un amigo de la infancia discutía conmigo sobre la personalidad y por qué nos vestimos o actuamos de tal forma -clásica discusión del tipo "paja mental"-. Yo le decía que somos lo que somos porque sí, por el único hecho de que nos da la gana ser así. Mientras él, en tono reflexivo y con las manos atrás a lo filósofo, me decía que nuestros cuerpos son una construcción.
Dijo "Por qué crees que llevas esa pistola en la mano?"
Acto seguido miré mi mano izquierda y me di cuenta que llevaba una pistola.
Mi necedad no me dejaba reconocer que él tenía la razón, maldito amigo de la infancia.
Luego entramos a una fiesta pequeña, era de tema patronal. Un hombre pequeño estaba sentado en una camioneta último modelo. Parecía ser algo así como el rey de la papa. En el asiento del copiloto iba una mujer blanca, muy agraciada, que nos sonreía coquetamente.
La tipa que controlaba la entrada nos vendió dos boletos, me preguntó si quería comprar unas rosquitas. Le dije que sí, me dio un paquete de ellas. Entonces, un señor, que parecía ser un campesino, le dijo que vendiera otro paquete de rosquitas porque se las estaban robando y prefería vendérselas a ella.
Finalmente, me desperté. Ya había amanecido en este mundo enfermo y triste.
Nos vemos
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